miércoles, 1 de mayo de 2013

Guerra Civil Española

La Guerra civil española fue una acontecimiento bélico nacional, que al participar los factores ideológicos, políticos y económicos que convulsionaban al resto de Europa en la década de 1930, trascendió las fronteras de España y atrajo la intervención de países extranjeros que aprovecharon el conflicto para convertir al país en un campo de experimentación bélica, en los umbrales de la Segunda Guerra Mundial.
En el ámbito interno, las fuertes tensiones sociales, derivadas del atraso económico del país y de la desigualdad distribución de la riqueza, habían generado un clima de insatisfacción por parte del pueblo hacia sus gobernantes quienes, además de haberse mostrado incapaces de avanzar en la modernización del país  elevar el nivel de vida de sus habitantes, ni siquiera habían podido alcanzar la estabilidad necesaria para avanzar sin sobresaltos en la evolución de la vida política.
Así, las divergencias políticas se sumaron al descontento social y crearon una situación explosiva que desembocó en el estallido de una terrible guerra civil, que a su vez dividió y devastó España.

Orígenes y desarrollo
Se inició el 17 de julio de 1936, encabezado por los generales Mola y Franco, con el propósito de acabar con el gobierno republicano constitucional, dirigido por el Frente Popular. Había tres grupos, los conservadores, de derecha muy católicos, los llamados requetés, constituían el apoyo popular de los rebeldes y los de la clase media favorecieron a unos y otro bando en función de su ubicación geográfica.
Los sublevados, recibieron tropas italianas y alemanas, además de suministros de armamento y municiones. Y en todo el mundo reaccionar, sobre todo en México, brigadas internacionales, integradas por soldados veteranos de la I Guerra Mundia, estudiantes, obreros e intelectuales que se trasladaron a España para luchar contra el fascismo.

Hacia los últimos días del mes de julio, el país se había dividido en dos zonas mutuamente enemigas, división que más o menos se acomodaba al resultado electoral de los últimos comicios.

Una vez que el gobierno de las diversas localidades quedó en manos de los rebeldes, se formó en Burgos una Junta de Defensa Nacional que actuó como dirección política y en la que Francisco Franco, ocupó ó el mando con el cargo de jefe del gobierno de Estado y se nombró caudillo, haciendo propaganda. De esta manera, la concentración de poderes fue total y se configuró un nuevo Estado de tipo autoritario, similar a los de Alemania con Hitler e Italia con Mussolini.

Desde los primero días del alzamiento  y conforme se sucedían las derrotas del ejército republicano, la autoridad central se debilitó y no pudo contener los enfrentamientos entre anarquistas y comunistas, que generaron divisiones intensas y ocasionaron la pérdida de la unidad política e incluso militar en el ámbito republicano, lo cual trajo consecuencias nefastas para la causa del gobierno constitucional.
En 1937 los republicanos obtuvieron algunas victorias y decidieron centrar sus principales operaciones en la zona norte. La legión Cóndor de la aviación alemana ocasionó una brutal agresión contra la población de la ciudad vasca de Guernica, donde Hitler inauguró el armamento que preparaba para estallar una nueva guerra mundial.

Entre marzo y julio de 1938 se llevó a cabo la operación Aragón. Mediterráneo, la cual constituyó un avance de las tropas nacionales hacia el mar y significó la participación del territorio republicano en dos zonas desiguales.
Juan Negrín buscó una paz negociada y emitió una propuesta de condiciones mínimas; garantía de la independencia española, derecho del pueblo a escoger su propio gobierno y renuncia a las represalias. Pero era inútil, porque el caudillo pretendía aniquilación total de la República. 
La Guerra se dio por terminada el primero de abril de 1939, la República se desmoronó y sus representantes huyeron al extranjero estableciendo un gobierno republicano en el exilio. Pero el fin de la guerra civil no significó que España recuperara la paz. 
El resultado fue el brusco cambio de un gobierno emanado de las urnas electorales por otro surgido de las armas, es decir, el final de la democracia para dar paso a una férrea dictadura que se prolonga hasta la muerte de Franco, en 1975.
Al establecerse en todo el país el gobierno de Franco, dio comienzo una etapa de atroces represalias en contra de los vencidos; sólo quedaron a salvo los que marcharon al exilio y de éstos, particularmente, los que marcharon a América precedidos por niños que durante la guerra habían sido enviados a México. Los exiliados que se dirigieron a Francia se salvaron sólo de forma momentánea, ya que este país fue ocupado por las nazis. 


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